¡Que arroje la primera piedra quién jamás de los jamases se ha metido un dedo en la nariz! Estamos todos con las manitos atrás ¿No?

Malos hábitos hay donde uno vea, desde mear en una pileta, sacarse la cera con el dedito chiquito, hacer ruido al tomar sopa, subir el perro a la cama, comer la masa del bizcochuelo y las galletitas, putear cuando canal 10 pone Buddy Superstar. Pero no creo que haya uno más incomodante (¿existirá esta palabra?) que ir en el colectivo y que una mina con un bebé se ponga a pelar la teta ahí nomás sin más ni menos. Porque yo no soy ni lesbiana ni pervertida, pero me pone incomoda que una mina me esté poniendo una teta pelada en el codo en un 306 lleno a la hora pico.

Yo no sé qué pasó. Cuando era borrega y mi tía había tenido a mi prima la de los rulitos siempre que estabamos en algún colectivo, tren, o cualquier otro lugar público, ella tenía un poco de timidez, no pelaba así nomás las tetas. Era más delicada a la hora de amamantar. Agarraba un pañuelito, lo apoyaba sobre su pecho y una vez cubierto si, corría la remera y a merendar como dios manda.

Casi todas las minas hacían lo mismo, era una costumbre cubrirse porque nunca falta el asqueroso que se fantasea mil cosas mientras una le está dando de comer al baby porque tiene hambre.

Sin embargo ahora no, ahora estás en cualquier lado y cualquier desgraciada se pone a manosearse las tetas encima de uno. Y no digo que esté mal darle de comer a los mocosos, pero tampoco hay que ser tan alevosos.

Lo que no entiendo muy bien es la ambigüedad que trae esto de las tetas. Antes de tener al niño en cuestión algunas minas estaban más atentas al cuidado de no andar pelando tetas en cualquier lugar. (Tampoco metamos a todos los gatos en la misma bolsa, dije "algunas")

Sin ir más lejos me acuerdo de una amiga mía, que permanecerá en esta entrada en el anonimato, un día que me invitó a quedarme a dormir en su casa. A la hora de dormir se estaba cambiando y dijo "Che ¿No te das vuelta un cachito que me quiero sacar el corpiño?" - Listo - Dije yo, y me di vuelta. Después se rió un poco y dijo "Tampoco ibas a ver nada que no hayas visto en vos, pero que se yo... A mi me da cosa."

El otro día estábamos en la misma habitación, que permanece casi igual a aquella noche excepto por la cuna celeste y un armario color crema con ositos, y la loca así de golpe y delante de las 5 personas que estabamos ahí (incluído dos amigos nuestros) sacó una teta y la dejó colgando, mientras recorría toda la habitación para ir a buscar al nene.

Sólo voy a recordar una cosa a las mujeres que lean este blog: Es la misma teta que escondieron hace unos años la que están destapando ahora por todos lados.