Crónicas de un Pupo (07)

Tranquilos, todavía no son tíos.


Estuve bastante jodida las últimas semanas y fue por esa razón que no aparecí por acá. Desde la última entrada que hice caí en un malestar enorme que involucraba dolores de espalda, cabeza, cintura y vómitos. Algo que yo consideraba que era normal en el embarazo y por lo cual me había resignado a cooperar y tratar de no ir más allá del llanto en el baño. Pero resultó que era un empacho.

Podrán creer o no en el empacho. Yo no era muy creyente después de todo, pero pasé todo este tiempo haciendo la remake del exorcista en mi propia casa y despertándome unas nueve o diez veces por noche para desagotar el tanque, sin poder dormir y sintiendo que cáda bocado que probaba tenía gusto a barro. Hoy mismo no recuerdo quién fue el que me dijo que vaya a la casa de una señora que cura y tampoco recuerdo qué pensé en ese momento. Sin embargo fui y puedo asegurar que hoy vuelvo a saborear con ganas y esa mochila pesada en la espalda está lejos, junto con el dolor de cabeza.

En fin. Uno no sabe en qué creer hoy en día. Es increíble que una cinta marque un lugar un día y al siguiente marque otro totalmente diferente. Me esforzé en encontrar el truco pero no lo logré y en el segundo día, cuando volví a mi casa con ganas de comer y sin lamentarlo después, decidí que por esta vez debía dejar el escepticismo y entrarle con gusto a la olla, agradeciendo que nuevamente le estaba haciendo llegar alimento a la Pupita, algo que me había preocupado muchísimo.

¿Cuánto falta? Más o menos entre tres o cuatro semanas más. Según la obstetra la podemos ir esperando a partir del 17 de septiembre. Si pueden recordar el video de la Pupita moviendo la panza a patadas van a tener que imitar el emoticon ":o" cuando les cuente que eso no es nada comparado con el quilombo que hace hoy por hoy.

Sinceramente ando con mucho sueño y son como las dos de la mañana. Solamente quería dar señales de vida y avisarles que falta muy poco pero que todavía estamos en la lucha. Además del asunto del empacho también pasaron unas cuantas cosas más las cuáles tengo ganas de contar. Peleas en el hospital, peleas en el colectivo, peleas en el almacén, peleas con objetos inanimados, peleas con la programación de multicanal... etc.


Crónicas de un Pupo (06)

Ahora que se acerca el día del niño no puedo evitar mirar las vidrieras de las jugueterías y sentirme indignada. Siempre hay una diferencia muy notoria entre los juguetes de nene y de nena, y yo, que espero una muchacha que me vino con pochola noto que los juguetes que le van a tocar a ella son una cagada.

Cáda vez que veo las vidrieras de nenes encuentro juegos elaborados, algunos que son del tipo Rastri que tanto nos entretenía a mi hermano y a mi, con temas de dragones y castillos, o juguetes vistosos con profesiones como bombero, policía, ingeniero, etc. Miro con entusiasmo y digo "Faaa... Deben necesitar un manual para manejar semejante chirimbolo". Me quedo fascinada con los juegos de mesa, de ingenio o con lo atractivo de los chiches para nenes y siento envidia.

Cuando veo en las vidrieras de nenas me encuentro esto:





¿Querés ir dándote una idea para lo que servís, guacha? Acá tenés la planchita de Hello Kitty. Andá practicando. Y si los labores de la casa no te sientan muy bien y considerás que tenés mayores aptitudes féminas entonces probá con este modelito a seguir:




I'm a Barbie girl, in a fucking woooorld (8)




Si ustedes creen que eso es bizarro es porque no se cruzaron con una muñeca Bratz, que es como una Barbie pero con la cabeza de Gastón Recondo. Bizarro como pedo abajo del agua. Yo creía que la muñeca en sí era una porquería hasta que me encontré un día con esto:



¿¿¿LO QUÉ???

Acá hay algo que no me cierra. ¿Aspecto de cuántos años ves? ¿uno? ¿dos? ¿Maquillaje de felino bípedo a punto de entrar en batalla? ¡Déjense de joder! ¿Qué es esto? ¿Esto me va a pedir mi retoña para estas fechas en un par de años? ¿Esto le va a dejar papá noel y los reyes magos si se porta bien? ¡Portate mal, Pupita!

No sé a donde fueron a parar las Barbies con las que jugaba yo, pero no eran así. Los vestidos eran más largos, el maquillaje más natural, el cuerpo más real. Las Barbies de ahora vienen cáda vez con menos plástico, no sé si será porque quieren ahorrar en material para reducir costos o proteger al medio ambiente. Cuando encuentre la Barbie Espuma de Mar o la Barbie veterinaria la Pupita va a creer que es la versión trava de la Barbie actual.





Pienso que de todas maneras hay una esperanza. La Pupita tiene genes Pupolinísticos. Posiblemente sea de esas nenas que se entretienen jugando con porquerías varias como tapas, piedras de colores, tuppers de la abuela, arena, ramas, cajas vacías etc. Todavía me acuerdo cuando con mi hermano esperábamos la llegada de Don Pupo mayor del trabajo y nos asomábamos contentos porque sabíamos que traía siempre plastilina o Rastis. Nos regalaba plastilinas de todos colores y se sentaba con nosotros a amasar y hacer muñecos. Para mi era la felicidad hecha masa. Será por eso que después adapté esa técnica con los Amigurumis. Mi viejo sembró ese hobbie y yo coseché muñecos hechos con lana. Nada de juguetes caros y pedorros para entretener a los hijos. El mejor entretenimiento es la misma imaginación. Eso lo aprendí en casa afortunadamente.




Representación gráfica de la felicidad en la infancia pupolinística.



A todo esto ¿por qué estoy hablando del día del niño si todavía faltan como diez días más? Porque agosto además de alojar el día del niño aloja otra fecha importante para la humanidad entera y es (música de tambores por favor) Mi cumpleaños.

Yo he tenido la mala sal (mala leche se me hace que queda fulero) de haber nacido un doce de agosto y me ha pasado alguna que otra vez que ambas fechas se acoplaran para joderme la existencia. Un día antes, un dia después o incluso el mismo día. Esto siempre fue benéfico para los parientes y amigos que venían con un regalito y decían "Esto es por los dos: Por tu cumple y por el día del niño. ¡Disfrutalo!" y yo tenía que mirar cómo recibía un regalo en mi cumpleaños y los demás mocosos también, los cuáles iban a tener otro regalo más en sus respectivos cumpleaños y a mi me iban a mandar a guardar la tarola. Malditos sean todos los niños. Eso pensaba. Todos putos.

En fin. Hoy hace 22 años que mi mamá me parió y dentro de un mes yo voy a parir a otra persona. Hace un año no me imaginaba que para mi siguiente cumpleaños me regalarían sabanitas para cuna ni pantaloncitos talle 0 y dentro de unos años voy a escuchar a una nena con dos colitas torcidas y las rodillas peladas decir "Mirá el hipogrifo que me mandé con la plastilina que me regaló el abuelo!"

O imaginense si un día agarra los rastris (o legos, da lo mismo) y me hace uno de estos:



No hay nada que me alegre más este día que saber que el mejor regalo lo voy a tener dentro de un mes y cuando la Pupita esté conmigo les voy a decir a todos ustedes: ¡Miren qué calidad la de este amigurumi!

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