Me sorprende la falta de emoción que le están poniendo los que ganan premios en el programa Justo a Tiempo. No es la primera vez que veo que llaman a alguien y le dicen "¡¡¡ACABÁS DE GANARTE DIEZ MIL DÓLAREEEEEEESSS!!! Yque la persona diga "Ah bueno, gracias" como si le estuviesen diciendo que se ganó un paquete de yerba.

¿Tendrá sangre en las venas este tipo de gente? ¿O será qué más de treinta mil pesos es poca plata?

Chupen limón.

Me tienen podrida los que opinan al pedo.

Ayer durante todo el día tuve un dolor de cabeza terrible. Desde que me levanté sentía la presión en la nuca y la frente, como si me estuvieran agarrando la cabeza con una morsa. Pero me levanté y fui a la escuela, ya que más que justa con las faltas estoy pasada.

Pero no me quejé del dolor porque estoy podrida de los que me dicen "a vos siempre te duele algo". Simplemente me quedé callada haciendo lo mío.

Pero siempre aparece alguien que pregunta:




Persona metida y pelotuda:
"¿te sentís bien?"




Y como después de todo me lo preguntó bien, pensé que tal vez querría ser amable. Por lo tanto contesté bien:




Pupolina:
"Si, no pasa nada"

Persona metida y pelotuda:
"¿En serio? Porque tenés una cara..."

Pupolina:
"En realidad no, me duele mucho la cabeza desde que me levanté"

Persona metida y pelotuda:
"¡Uh Caro a vos siempre te duele algo!"




¿Para qué mierda preguntan? Ultimamente toda la gente que me rodea son todos pelotudos. Así que con esta entrada los mando a todos a la mierda. No a ustedes, los que no tienen nada que ver. Pero a la gente de mierda que vive opinando, a esos metidos del ojete, los mando a TODOS A LA MIERDA.




P.D: Como si a alguien le gustara sentirse mal. Anoche además del dolor de cabeza se sumó un sangrado de nariz. Tres veces atajando los chorros de sangre con algodón. No tengo idea de dónde vino el malestar que todavía sigue. Y la mala sangre no ayuda para nada.

Presente

El pasado ya está lejos. Es un viaje en tren donde, en la mitad de camino me quedé dormida y tuve varios sueños, tan extraños y fantásticos, que al despertarme ya me encontraba al final del recorrido.

Recuerdos buenos han habido seguramente, aún si yo no puedo recordarlos.

La verdad no sé lo que recuerdo. A veces hago un poco de memoria, trato de ver qué era lo que me ataba a ese "algo" y todo se vuelve blanco, aparecen imágenes con mucho dolor, muchas lágrimas, muchos golpes.

Cada tanto un paisaje, las barrancas, un día de la primavera, un Cuismi y un Etor, una frazada negra, dos ventanas chiquititas, dormir con miedo, una sonrisa, un anillo, un garage, una llave, sangre...

Yo te recuerdo, sí.

A veces sueño que me volvés a decir "¿querés casarte conmigo?"A veces me despierto y lloro porque siento tus manos ahorcándome otra vez. A veces sueño con tu madre gritándome.

Sí, simplemente así, mucha violencia. Mi mente prefiere hacer una nube de todo eso.

Y a veces la nube no logra tapar todo esto.

Hoy, en este presente tan cálido, vuelvo a ser feliz. Hoy armé los pedazos de mi que pude encontrar. Afortunadamente soy yo, siempre seré yo.

Vos te quedaste con muchas cosas, te quedaste con mis libros, con mi ropa, con mis cuadernos, mis tejidos, mis 19 años, mi osa de toda mi infancia... Pero no te quedaste con lo más importante, con mi felicidad.

Hoy soy feliz.

Ahoradespués

Sigo juntando latiguillos de la Doble.

Además del "le digo, le dije, le digo" le descubrí el "ahoradespués", que por cierto es el nuevo habitué.

Cuando estoy en su casa y estamos tomando mates espero a que haya algún espacio vacío en la conversación, el cual lleno con el pedido que la Doble de antemano está esperando, aún si este no es bienvenido y yo sé la respuesta.

Pupolina:

Doble... ¿me hacés pochoclos?

Doble:

Mmmm... Bueno.... Mmmm.. ahoradespués hago.

Ese ahoradespués yo lo conozco bien. Es en realidad un:

Doble:

Mmmm... Mirá Caro, en realidad muchas ganas no tengo y si te hago los pochoclos sin ganas se me queman y después no se los come ni el perro.. O te la hago fácil; No, no quiero hacer pochoclos.

Como dije más arriba ese ahoradespués yo lo conozco bastante bien. Si no le digo nada es sólo por una razón.

Yo también uso el ahoradespués.

Una de las cosas más incomodas, desagradables y terroríficas que se puede vivir en la vida es ir a hacer las necesidades fisiológicas en un tren.

Primer Día

El tren salió a las 7 de la tarde. Ni un minuto más, ni un minuto menos.

En realidad si, unos minutos más.

Apenas se movió el tren empezó el griterío en el vagón, empezaron a sonar las guitarras y se largó el viaje a Sierra de la Ventana. Ángel, mi compañero, es el hombre de las mil voces. Hizo imitaciones de Alcides, Fito Páez, Charly García, Antonio Ríos, El Perro y cualquier cosa que se les pueda ocurrir. No durmió en toda la noche y se la pasó bailando, cantando y rompiendo las pelotas.

La idea era que nadie durmiera, así que Ángel cumplió perfectamente, el resto cada tanto pegaba algún que otro cabezaso y entrecerraba los ojos. Yo fui un ejemplo y no sólo recibí golpes y patadas sino también amanecí con la cara pintada con labiales de todos los tonos de rojos posibles.

Hubo canciones, por supuesto. Entre ellas "pizza conmigo" y "La Cachila", infaltables en un viaje de 12 horas donde hay que mantenerse entretenido.

Hubo antirranchos* , por supuesto, como yo, que en cierto momento me cansé de toda la joda y me puse el mp3 a todo volumen con Lacrimosa sonando en mis oídos. O como Analía, que le dio bronca que sus compañeros fueran a tomar cerveza en el vagón comedor. Se sintió decepcionada, dijo.

Hubo mujeres que no venían con nosotros pero pasaban cada tanto por el pasillo, esperando el piropo de nuestros compañeros.

Y hubo por supuesto la vieja que quería dormir y chistaba como sifón de soda nuevo cada dos por tres. A las 4 de la mañana, ya podrida del "pizza conmigo, pizza conmigo" dijo:

Vieja Rompebolas:
"Nene, ¿podés hacer silencio que el vagón no es tuyo y quiero dormir? ¡BASTA DE GRITOS!"

Y más o menos a las 7 de la mañana abrí los ojos, miré por la ventana y vi los cerros, el pasto verde, pero no un verde yerba, sino un verde furioso, bien verde. Un verde que yo no conocía.

Y después me miré al espejo y parecía el Guasón.

* Antirrancho: Dícese de la persona amargada y careta que se queja de todo, que en las partusas (otro término más tarde explicado) no quiere bailar y se sienta en un rincón, que hace rancho aparte, que no toma, ni fuma, ni nada. O sea, un pelotudo. Como yo.

y así como me fui, volví

Después de 9 días viviendo en un universo paralelo, aquel que tiene cerros, juegos, fogones, bromas, amistad, etc, después de todo eso se tiene que volver.

Extrañaba mucho. .

Extrañaba a la mamá que largó un par de lágrimas viéndome ir de nuevo (no literalmente) esta vez un poco más aliviada sabiendo que yo volvería.

Extrañaba a la Doble, que es mi hermana del corazón. Extrañaba sus mates, sus "le digo, le dije, le digo" y sus pochoclos dulces.

Extrañaba mi cama, y no esa cama con colchón feta de fiambre.

y sobre todo, lo extrañaba a él.

Pero este viaje es inolvidable, no podría haber pedido más. Hubo peleas y discusiones por supuesto, pero hubo buena onda también y por supuesto: Las jodas de los viajes de egresados.

Escalamos cerros, hicimos excursiones, fuimos a la playa y le afeitamos el bigote al profesor. Hicimos lo que teníamos que hacer: Divertirnos. La verdad que puedo asegurar que es lo único que nos salió bien.

El las próximas entradas voy a contar algunas cosas para que los poquitos que pasan por acá se rían y cuando tenga las fotos a manos podrán burlarse de mi.

Ni pienso seguir este post porque me estoy dando asco de tan meloso que se está poniendo.

Nos vemos en Disney

Mañana a las 7 de la tarde estaré tomando el tren que va a Sierra de la Ventana.

El viaje de egresados, ese tan esperado que siempre termina en Bariló a mi me lleva a un lugar menos frío, sin boliche, sin joda, sin alcohol, sin nieve. Ergo: Soy feliz. Porque si había algo que estaba necesitando mucho era una buena dosis de tranquilidad y paz.

Sin embargo voy con el equipo Rock. Somos 6 de mi curso que vamos y justo somos los que más quilombo hacemos, cuatro zapatos y dos chancletas, vamos con predisposición a joder mucho.

Porque para eso está el viaje. Para sacarle fotos a alguno cagando, para tirarle los calzoncillos al profesor por la ventanilla del tren, para pintarle bigotes con fibrón indeleble a Milo y para compartir muchas otras cosas más que seguro van a ir saliendo durante esos gloriosos nueve días y que, obviamente y para el regocijo del señor anónimo, voy a contar cuando vuelva.

La verdad es que hasta hace unas horas para mi no era más que una excursión o unos días durmiendo lejos de casa, cosa que ya conozco bien, me fui de casa un año con un bolso similar al que acabo de armar. La diferencia es que esta vez no me voy sin avisar. Esta vez mamá prepara el tupper con milanesas para el camino.

y ya casi me estoy yendo entonces...

Ayer Michel proclamó que para las doce horas de viaje en tren "el primero que se duerme, cobra". Myrna y yo ya avisamos: Si nos van a golpear que nos maten, porque donde nos levantamos los matamos a golpes.

Y como no tengo mucho más que decir, simplemente voy a terminar de ver qué me estoy olvidando. ¿Habrá algo peor que la horrible sensación de que te estás olvidando de algo?

Entonces sí, ahora sin un particular: Nos vemos en Disney. Pupolina se va a pasarla bien.

Con esta entrada abro una nueva categoría: Los Untitleables. Sólo porque no sé como nombrar algunas de estas entradas que surgen de la nada.

Ayer Jimena me contó que la hermana quiso llamar al cine Atlas y terminó llamando a la casa de un señor dormido. Este hombre le contestó algo que seguro repite muy seguido "No marqués 44, el 44 es la dirección del lugar, tenés que marcar después del 5"

Se ve que en el papel donde ella tenía el número, justo al lado, estaba la dirección del lugar. Y se ve también que no sólo ella se confundió sino que muchos otros antes lo habían hecho.

No me pude aguantar, le pedí el número a Jimena y rompí las bolas a la pobre familia.

¿quieren hacer la prueba? La dirección es Rivera Indarte 44 y el número del cine es 503 - 28527 (ATLAS)

La pobre mina que me atendió a mi todavía debe estar puteando.

Bolsillo saludable: cuando el alfajor costaba diez centavos

Y pensar que cuando iba a la primaria, tan lejitos aquellos años ahora, en el recreo corría contenta hasta el kiosco del colegio (algo apurada para poder tener oportunidad de comprar) sacaba mis monedas, las que mamá me daba y me compraba muchísimas golosinas con sólo cincuenta centavos.

Con cincuenta centavos me compraba un alfajor, un turrón, dos chupetines, una tira fizz y un palito salado. Todo eso para mi sola en dos recreos. Sino me podía comprar un pancho o una lata de gaseosa. Asi de interesante era la economía estudiantil por aquellos '98 o '99. Yo era feliz con tan poco, ya que no era necesario más. Era lo justo y necesario.

Es decir, si vos llevabas dos pesos a la escuela eras como Gardel con dos guitarras. Algo así como el samaritano de tus compañeros. Con dos pesos le comprabas un alfajor a cada uno de tus amigos y te sobraba para comprarte un paquete de rocklets y comertelo solo atrás del mástil. Hacías la buena acción del día y te sobraba para seguir siendo miserable.

Y hoy, que estoy en el último año de la secundaria, voy al kiosco de la escuela, hago una fila de seis chicos y un flogger mientras reviso mis bolsillos. Tengo un peso. Lo miro, así brillante y digo "tengo ganas de gastarte porque me estás picando" y cuando por fin el flogger se compró su chupetín grandote de cereza y se va moviendo las nachas me toca a mi. Agarro mi peso y me compro un alfajor, un chupetín y dos gomitas.

Adiós peso.

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