Confesiones (10)

Desde que tengo memoria que la Doble es mi vecina. No vive exactamente acá al lado, viene siendo así: Está mi casa, la casa del vecino que me convida su wi fi, un terreno vacío y luego la casa de la Doble. Más o menos desde que la conozco hago lo siguiente; Me preparo un té, un té con limón, una sopa quick, un poco de avena, un mate cocido, un nestum o lo que sea y luego me voy a la casa de la Doble a tomarlo mientras charlamos.

Es como una (mala) costumbre prepararme algo e ir a consumirlo allá. Sinceramente es como si en mi casa no fuera lo mismo. Necesito ir a tomar mi bebida a la casa de la Doble en su compañía. Yo lo podría comparar como aquellas personas que no pueden comer pastas sin queso, o carnes sin mostaza. Yo en cambio, no puedo tomar el té en mi comedor. Obligatoriamente tengo que ir y sentarme en su comedor, su pieza, su patio, en fin, cualquier sector dentro del perímetro de su terreno. sino no tiene gusto a nada.

El asunto es que son las dos de la mañana, acabo de prepararme un arroz con leche (bitácora del capitán: antojo número setecientos quince) y ahora que necesito servirme un poco caigo en la cuenta de que no hay ninguna taza.

Todas las tazas de esta casa están en la alacena de la Doble, porque por supuesto: Llevo las bebidas a consumir allá, pero después me distraigo y vuelvo con las manos vacías.


P.D: Como el arroz con leche siempre tarda como 40 minutos en hacerse, decidí poner a hervir el arroz solito en agua, a los 10 minutos lo colé, le puse leche y lo volví a hervir.

Háganme caso y no hagan esa pelotudez porque es una cagada. No tiene gusto a nada, y dudo mucho que si fuera a tomarlo en la casa de la Doble lo tenga.

Mientras...

Hace mucho que espero un llamado, un mensaje, un mail o cualquier señal que indique que tenés un corazón.


Ya pasan los cuatro meses y estamos llegando de a poquito a los cinco. La panza está enorme. Mi gordita se mueve dentro mío (especialmente de noche, cuando prefiere jugar) y yo simplemente acaricio la panza y siento que es lo más lindo que hay en el mundo.

Esperaba más o menos esto cuando no supe más de vos. Pero decidí darle una oportunidad porque considero que nadie tiene derecho a impedirle a otra persona vivir y crecer, y eso es lo que está haciendo Lucy desde entonces. En las ecografías
se ve como se mueve, como juega con las manos y estira las piernas buscando más lugar. Ya tiene todo el perfil desarrollado, tiene ojos, nariz, boca, orejas, manos con deditos chiquititos que se tocan la cara y la pera.

Y tiene un corazón que cuando lo escucho latir como un tamborcito se me llenan los ojos de lágrimas. No lágrimas tristes, sino lágrimas que vienen porque si, porque amo muchísimo a este bebé y porque no sé cómo esperar tranquila el tiempo que falta para verla a los ojos y que ella me vea a mi por primera vez.

Nunca estuvo en mis intenciones nada malo para vos y no lo deseo ahora tampoco. Solamente quiero saber dónde está esa persona que me miraba a los ojos y me decía que me amaba mucho y que además de ser su novia era su mejor amiga. Esa misma persona que yo amé hasta el último segundo. Todavía me acuerdo cuando dijiste, no una vez sino miles de veces, que ibas a estar conmigo siempre y que si algún día no estabamos juntos como pareja querías mi amistad porque considerabas que yo era importante para vos, así como también yo iba a poder contar con tu amistad incondicional.

Hoy sé y acepto que no me amás. Que se terminó esa historia. La acepto porque es lo más sano que puedo hacer. Hace mucho que dejé de llorar porque decidiste darme la espalda a pesar de todo. No sé si habrás tirado el cofre con las cartas o los miles de muñecos que hice para vos, incluído ese corazón. Incluído mi corazón que decidí darte. Nó sé que fue de todo eso. Pero tuve que entender y ser fuerte porque ya no puedo quedarme acostada en mi cama y llorar, porque hay alguien que necesita que yo salga adelante y esa persona es tu hija.


Chino, lo único que quiero que entiendas es que no te guardo ningún tipo de rencor. Me diste muchísima felicidad y lo seguís haciendo hasta el día de hoy a pesar de todo. Entiendo que estés asustado.

Te pido entonces que si algún día pensás en nosotras vengas a visitarnos. Yo no quiero plata, ni quiero que le des tu apellido si eso te parece una dificultad por tu familia (y en especial por tu mamá) pero te pido que si realmente tenés un corazón y si no me mentiste esas mil veces que dijiste que ibas a ser mi amigo siempre, vengas porque nadie va a apuntarte con un dedo y acusarte de nada. Solamente te pido que no tengas miedo a que te haga reproches o reclamos,
porque no tengo nada que reprochar. Me diste lo mejor que tengo y es una nena preciosa. Te agradezco enormemente, de verdad.


Y llevo varios días esperando una respuesta que no llega.

Por cierto. Pupita se llama Luciana. ¿Les gusta?

El Archinémesis

Todos tuvimos un archinémesis alguna vez. Desde chicos aprendemos que es una ley natural en la vida humana o incluso animal. Todos hemos encontrado nuestra piedra en el zapato, ese enemigo que nos alteró (o altera) la vida y la hace de cuadritos. Lo tuvo Batman con el Guazón, lo tuvo Spiderman con Octopus y el Duende Verde, lo tuvieron los rollingas con el shampú y el jabón en polvo y lo tuve yo en la primaria con el gordo Guillermo.

El gordo Guillermo era mi indiscutible enemigo. Era un gordito cargoso, molesto, abusivo, gritón, burlista, insoportable y todo adjetivo negativo que pueda asomarse en mi teclado. No recuerdo un sólo día que no haya habido un problema con el gordo. Jamás hubo una tregua. El gordo tenía esa necesidad de romperme las pelotas y yo, cuando me colmaba la paciencia, explotaba y le respondía como podía. Cabe aclarar que el gordo pegaba, escupía, pellizcaba, estiraba el pelo y yo siempre fui una miniatura de persona, así que generalmente mi mecanismo de defensa era al comienzo el llanto.

Tenía 8 años y estaba en tercer grado. Por causas de las injusticias divinas nuestros apellidos nos obligaban a sentarnos juntos. No sé por qué la maestra consideraba buena idea sentar en cáda mesa a una nena y un varón, y a nosotros nos tocaba siempre sentarnos juntos obligatoriamente. Esto era una catástrofe diaria. El gordo siempre encontraba la manera de molestar: Me robaba los colores, me robaba las golosinas, se sacaba los mocos y los pegaba en mi banco, se tiraba pedos, comía con la boca abierta, se reía de mis dientes, se copiaba mi tarea, juntaba bichos y me los dejaba en la cartuchera. En síntesis, el gordo era tan molesto para mi como un forúnculo en medio de las nalgas. Pero no importaba cuánto me quejara del gordo, a la maestra le daba lo mismo. Siempre sospeché que a la maestra le caía bien el gordo porque era rubiecito y bonito, y porque el turro siempre ponía cara de "No... yo no hice nada seño" como la ponen los niñitos inocentes de verdad.

En cambio yo tenía menos capacidad de defensa que un potus. Nunca me daban la menor bola. Tenía una voz que se mezclaba muy rápido en la de los demás así que generalmente no me escuchaba nadie, incluída la maestra. Pero el que si me escuchó un día, cuando vine llorando, fue mi viejo. Mi viejo me dijo entonces que lo que tenía que hacer era no llorar ni ponerme mal, porque de eso vive la gente pelotuda. Que lo mejor que podía hacer era retrucar las verdugueadas. "Cuando te carguen con los dientes, reíte, no les muestres que te molesta. Reíte y retrucale lo que sea. Devolvele la cargada y que se rían de él. Además, cuando uno se ríe de uno mismo no tiene mucha gracia para el que te molesta"

Así que a partir de ahi intenté hacerle caso.

Un día de invierno nos tenían a todos adentro aburridos sin nada para hacer. La profesora de plástica había faltado y era una hora libre para mirar la lluvia por la ventana y desear con todo el corazón estar en casa en vez de en esa aula fría y húmeda. Yo estaba sentada hablando con Mariel, la mamá de Alma, mientras calculabamos cuánto podía faltar para las vacaciones de invierno. En medio de la charla se acerca el gordo con un pedazo de chocolate blanco.

Pupolina

"¡Eso es mío! ¡¿Por qué tocás mis cosas?!"


Gordo Guillermo

(Sonriente y sin culpa)


"Ah no sé, no sé. Yo me lo encontré tirados en el piso"


Pupolina

"¡Mentira! ¡Estaban en mi mochila! ¡Yo le voy a decir a la señorita!


Gordo Guillermo

(imitandome, haciendo cara de conejo)


"¡ay ay! ¡Yo le voy a decir a la señorita!"


Pupolina

"Eso es de gordo ¿Sabías? Por eso me robás las golosinas, porque vivís comiendo nada más y vas a salir rodando algún dia"


Gordo Guillermo

(un poco colorado)


"Y vos sos una dientona de mierda, sos uno de los castores de la propaganda de Colgate Herbal. jajaja ¿sabés como te dicen a vos? Ametralladora. RATATATATA"


Nuestros compañeros que estaban cerca se empezaban a reir y festejarle el chiste mientras yo estaba al borde del llanto, parada como una tonta y viviendo una de las injusticias de casi todos los días. Pero esta vez en lugar de largarme a llorar decidí poner en práctica la recomendación de mi viejo.

Pupolina

"¡Uy que vivo que sos! ¿Sabés lo que sos vos? ¿SABÉS LO QUE SOS VOS? ¡UNA BOLSA DE PEDOS SOS VOS! Y SI TE LLEGAS A TIRAR UN PEDO EN UNA BOLSA DE HARINA TENEMOS NIEBLA TODO EL AÑO!"


Lo grité tan fuerte que los que estaban cerca escucharon y se empezaron a reir. Esa tarde se burlaron todo el día del gordo y al parecer cuando volvió a su casa se fue a llorar ahogando las lágrimas con la almohada. Lloró toda la tarde hasta que su mamá fue a verlo. Y obviamente al día siguiente citaron a mi vieja.


Cuando mi vieja me preguntó qué era esa notita de mal comportamiento en la escuela y demás le expliqué lo que había pasado y lo que me había recomendado mi viejo. Las palabras de mi vieja fueron instantáneas.


Mamá de Pupolina


"Que se joda, por gordo rompehuevos"

Crónicas de un Pupo 03

Esto de la maternidad tiene sus complicaciones y sus ventajas. Las complicaciones vienen en dolores de espalda y ganas de dormir todo el día, sumado al intolerable y frecuente dolor de... bueno, de tetas. Eso duele mucho. Imaginen que una persona viene así de repente y les apaga un pucho justo ahí. Bueno, yo siento eso practicamente todos los santos días a cualquier tipo de hora. Es como si te clavaran mil agujas o te incrustaran pedazos de vidrio... Terrible.

Ya que estamos puedo dejar otra de las recomendaciones que voy recolectando según van apareciendo: Señoras, no utilicen jabón de tocador en esa zona cuando se bañen porque reseca demasiado la piel y la sensación de "corte" que se siente por la sensibilidad mamaria es aún peor si la piel está reseca. Compre jabón de gliserina o algún tipo de jabón humectante como el dove y pasen mucha cremita cuando arranca el dolor.

Fin del consejo maternal. Ahora vamos a lo entretenido.

¿Se acuerdan que dije que iba a hacer los escarpines con forma de zapatilla converse para Pupita? ¡Y cumplí! Miren como quedaron:



Dios, qué calidad. Si, aplaudan por favor. Llevaron su trabajo pero valió la pena. Posiblemente la gorda tenga que esperar para usarlos porque son bastante grandecitos pero sin embargo logré realizarlos al fin.



Este mes tengo que hacer una nueva ecografía para saber si el corazón de Pupita sigue bien o tiene complicaciones. El ecógrafo dijo que ya no hay de qué preocuparse porque todo parece ir diez puntos. Dicho sea de paso voy a poder confirmar si es realmente una muchacha o nos ha estado mintiendo a todos.

Añamembuí!

No sé a cuantos de ustedes les puede pasar a diario lo mismo que me pasa seguido a mi. Para mi es una cuestión, no de tolerancia, sino de paranoia. ¿Alguna vez estuvieron cerca de una conversación entre paraguayos donde, de golpe, la conversacion pasa de español cristiano a guaraní? Las dos personas están hablando en criollo y de golpe deciden cambiar al añamembuí ¡y encima se ríen y todo! Diganme si eso no es sospechoso.

Yo no puedo evitarlo, cuando dos paraguayos están hablando en guaraní cerca mío y se están riendo a carcajadas me siento completamente tocada. Siento más que nada que si realmente no estuvieran hablando de mi y sacándome el cuero a mis espaldas hablarían entonces libremente en el mismo idioma que yo, al menos como respeto. No siempre pasa que estoy sola con los dos individuos porque generalmente esto sucede en un colectivo, un tren, un almacén, un banco, hospital, o cualquier lugar o transporte público. Por lo cual además de ellos y yo hay muchas otras personas y la gran mayoría hablan el criollo. Entonces ¿Si realmente no están hablando mal de los presentes por qué tienen la necesidad de hablar en guaraní y reirse? ¡A mi no me engañan! ¡Están hablando mal de alguien!

Ni hablar cuando algún paraguayo se enoja y te larga la ensalada de palabras, con tono de magia negra incluso. Yo no entiendo nada pero sé que no debe ser nada bonito lo que me está diciendo. Pero aprendí un artilugio de defensa que me enseñó mi leal patiño, la Doble. La respuesta que se debe dar en un caso como este, sin dudar y sin pensarlo dos veces, es simple y directo:

¡Que te recontra, gil!

Frases Célebres, primera entrega

Siempre tuve la intención de hacer una lista con las frases célebres de la gente que conozco. Sé que muchas frases no son realmente de la autoría de los que la mencionan constantemente en mi entorno. A veces desearía tanto conocer a la persona creadora de semejante aporte cultural. Iría corriendo y le daría cuatro besos (uno en cáda cachete) si alguien me dijera "Aquel, aquel fue quien dijo eso, doña Carolina".

Mi abuelo solía decir una vez "De los placeres sin pecar, el mejor es el cagar" y yo pensaba: Sabio mi abuelo. Nada mejor que poder despedir al amigo del interior, y qué mejor que acompañarlo con una buena novelita de misterio. Enciérrese hombre, mujer, niño, ente galopante de este cyberespacio, en su baño local junto con una buena novelita de misterio o uno de aquellos libritos de detectives que se encuentran en cualquier escuelita primaria. Si tiene hijos, mándelos a traerse uno de la escuela a la casa y no lo devuelva más, que mal no lo hace ¿usted piensa que ahora que la Cristi le regala netbooks a los pibes van a tener la decencia de ponerse a leer? ¡no sea tonto! además esos libritos no se consiguen más. Genialidad de las genialidades sentarse en el trono e ir leyendo "Si usted decide atravesar la puerta cambie a la página 97, sino, siga leyendo la siguiente página" y vos decías "¿ay que hago? ¿cruzo la puerta? ¿me quedo acá? ¿y si me muero?

¡IDIOTA! ¡Si te equivocás lees la próxima página! ¿quién se va a enterar? y yo diría que te pegues un bidetazo antes de que se te seque la compota que después hay que fregar más y cuesta. Y en invierno te la regalo. Definitivamente el que creó las novelas de misterio sufría de tránsito lento.

Con la tecnología de Blogger.

Club VIP